jueves, 19 de marzo de 2015

Quienes somos, cómo decimos las cosas y que decimos.


“Aunque no podemos decir qué tanto o de qué manera los perros pueden entender la información del discurso en nuestro estudio, es posible afirmar que reaccionan tanto a los registros verbales como a la información relacionada con el hablante, y que esos componentes parecen ser procesados en diferentes áreas del cerebro del animal”, dice Victoria Ratcliffe, de la Escuela de Psicología en la Universidad de Sussex.

 
Cuando escuchamos  a las personas hablar no sólo reaccionamos a lo que están diciendo sino también al tono emocional y a otras características del habla.

 
“Estudios previos han demostrado que los perros tienen sesgos hemisféricos —cerebro izquierdo contra el derecho— cuando procesan sonidos de la vocalización de otros perros. Ratcliffe y su supervisor David Reby dicen que era lógico investigar si los perros mostraban sesgos similares frente a la información que se transmite a través del lenguaje humano. Los científicos pronunciaron un discurso a cada lado del perro para que captaran los sonidos con cada uno de sus oídos, al mismo tiempo y con la misma amplitud.

 
El procesamiento de los componentes del discurso en el cerebro del perro se divide entre los dos hemisferios, en una manera realmente muy similar a como es discriminado en el cerebro humano.

 
Esto no significa que los perros entiendan todo lo que los humanos pudiéramos decir o que ellos tengan una habilidad similar a la humana para el lenguaje, ni mucho menos.

Estos resultados apoyan la idea de que nuestras compañías caninas ponen atención, “no sólo a quiénes somos y cómo decimos las cosas, sino también a lo que decimos”.

                                                                                                   National Geographic
 

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