Des de pequeña siempre he querido tener un perro, al igual que el 90% de los niños, pero mis padres siempre me dijeron que no. Y la verdad, bien hecho por ellos, les felicito, porque tener un perro es una decisión importante y tener un perro en la familia te cambia la vida.
¡Y te cambia la vida pero para bien, eso si! Pero claro tienes que estar
dispuesto a sacarlo a unos horarios para que haga sus necesidades, haga sol o
llueva, estés descansado porque es tu día libre o porque vienes de trabajar y
estas cansado, a jugar con él porque tu vienes de trabajar pero él lleva todo
el día durmiendo, a limpiarlo porque si va a la calle se ensucia, a llevarlo al
veterinario para ponerle las vacunas y curarle si se hace daño, tienes que
saber que tiene que descansar y no molestarlo…
Si lo que has leído en el último párrafo te ha agobiado, no cojas un perro.
Tienes que ser sincero contigo mismo/a ya que tener un perro es un
responsabilidad importante.
El mundo del perro es muy complicado, tienes que educarlo y cuidarlo, no es
un juguete o un peluche que cuando te canses puedes devolverlo. Y así pasa que
las perreras están llenas de esos cachorritos bonitos y graciosos que eran cuando
decidiste coger uno pero que ahora son grandes y maleducados porque no supiste
enseñarle en su momento.
El perro se rige al igual que los niños por una rutina, si sigues esa
rutina, sigues unas normas y lo quieres será el perro perfecto.
Pero que pasa si le gritas, le pegas, no le alimentas, no juegas con él ni
lo sacas cuando es necesario, es para plantearte realmente para que quieres
tener un perro.
Piénsatelo bien antes de coger un perro, con sólo que le des un poco de cariño él te dará toda su vida.